Abono vs Fertilizante

El fertilizante y el abono son dos sustancias que empleamos para cuidar nuestros cultivos, macetas y jardines. Aunque de nombre distinto son productos muy similares. Tanto que, en ambos casos, se emplean para conseguir el mismo objetivo: reforzar el crecimiento y el desarrollo de la planta; así como enriquecer el suelo en el que estas se encuentran. Sin embargo, emplean sustancias y métodos diferentes.

Además de todo esto, en el mercado también podemos encontrar sustancias específicas como los bioactivadores, los abonos correctores de carencias o los abonos foliares, entre otros.

La principal diferencia entre fertilizante y abono estriba en las sustancias que emplean para conseguir que la planta crezca fuerte y sana. En este sentido hay que señalar que la composición de los abonos es orgánico (procede de restos de origen animal o vegetal) y la de los fertilizantes, que suele ser artificial, aunque también los hay que emplean solo minerales naturales.

El abono no altera las condiciones del suelo, pues siempre lo enriquece. En el caso del fertilizante debemos prestar especial atención a sus componentes, pues podemos incidir gravemente en el ph del suelo e incluso contaminar el subsuelo, sobre todo si esas sustancias llega al agua subterránea de la zona.

El abono se aplica directamente sobre el terreno, mientras que los fertilizantes necesitan el agua para disolverse en el suelo y poder enriquecer el suelo. Solo de esta manera pueden ser absorbidos por las raíces de las plantas.

Tanto fertilizante como abono se encargan de devolver a la tierra los nutrientes que necesita el suelo para propiciar el crecimiento adecuado de plantas y árboles. Para ello, es conveniente saber qué composición tiene el suelo y qué tipo de sustancias están extrayendo las plantas que en él se encuentran. De esta manera seleccionaremos el alimento que requiere y no redundaremos en lo que ya tiene. En esta elección tendremos también en cuenta factores como: la fertilidad del suelo y su nivel de salinidad, la cantidad de agua disponible en la zona, las condiciones climatológicas del entorno, el tamaño de las especies vegetales que en él se encuentran y el tipo (o los tipos) de plantas que en esta zona crecen. Cada variedad de árbol o planta requiere diferentes cantidades de nutrientes, componentes que poseen los distintos fertilizantes y los diferentes abonos que podemos encontrar en el mercado.

Aunque siempre es mejor emplear sustancias naturales para el cuidado de nuestras plantas, lo mejor es combinar ambas soluciones. De esta manera estaremos protegiéndola, además, contra el ataque de animales u hongos.